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a propietaria de la estancia San Justo, María Cristina Mitrovich, confirmó ayer que fue otra de las damnificadas por el accionar de la empresa fantasma Glisud SA, y ligó con la maniobra al ex vicegobernador provincial Daniel Gallo.
Mitrovich ratificó que un crédito hipotecario sobre su propiedad fue cedido a Glisud, la compañía fundada por dos ancianas indigentes y domiciliada en un prostíbulo, a través de un concurso de precios realizado en 2002 por el Fondo Residual del Banco de Tierra del Fuego.
Se trata de la misma operatoria que la Justicia de Ushuaia investigó por fraudulenta y que concluyó con el procesamiento de directivos de la empresa, y ex funcionarios de la época, entre ellos el ex titular del Residual, Gustavo García Casanovas.
También es la maniobra que motivó una causa paralela por supuesto lavado de dinero, donde el fiscal nacional antilavado, Raúl Pleé, pidió que se investigue por ese delito al propio Gallo, como publicó este medio en su edición del lunes, y donde aparecieron elementos que vinculan al ex gobernador Carlos Manfredotti, como reveló el martes EDFM.
Mitrovich concedió una entrevista ayer a FM del Pueblo de Río Grande, y confesó que en pos de recuperar su estancia estuvo “sola contra un gran aparato”, y agradeció a dos abogados de esa ciudad, a los que identificó como “Amena y Mora” que fueron “los únicos que no se vendieron”, afirmó.
“Padecí una puja constante de cartas documentos. Mi enfermedad se la debo al señor Gallo y compañía”, acusó Mitrovich en un momento de la nota, mientras que en otro fue todavía más contundente al señalar que dentro de poco irá a declarar ante un organismo nacional (no dijo cuál) “y en esa audiencia contaremos todo lo que me hizo Gallo con su compañía Glisud”.
Los vínculos entre el ex vicegobernador y la compañía fantasma son parte de la investigación judicial. Se sabe que el presidente de Glisud, Enrique Pinto, fue planta política del gobierno de Manfredotti y Gallo durante los cuatro años que duró el mandato, además de ser asesor de Gallo en el Congreso durante el mandato del dirigente del PJ como diputado nacional. Por su parte la apoderada de Glisud, Graciela D´adamo, fue asesora de Gallo en la Legislatura durante el manfredottismo.
“Manga de corruptos”
Sobre cómo estuvieron a punto de quitarle su estancia, Mitrovich relató que desde el Gobierno le decían que la situación con su crédito se iba a arreglar, hasta que “de repente me encuentro que sale en el Boletín Oficial que Glisud había comprado la hipoteca de mi estancia, a través de un concurso al que nadie me había invitado”.
Incluso la mujer sostuvo que “en otro gobierno más corrupto todavía” (no mencionó a cuál se refería) “trasladaron la deuda mía de 370 mil pesos a mi vecino de estancia, otra vez entre gallos y medianoches, sin que yo lo supiera”.
También dijo que la empresa de los hermanos Cóccaro (uno de ellos el ex gobernador Hugo Cóccaro) “terminó comprando mi aserradero donde tenía 42 empleados y diciendo que se hacían cargo de la deuda”.
“Lo notable es la cantidad de gente que perdió todo por el accionar del famoso Fondo Residual, y por culpa de una manga de corruptos. Hoy todos me felicitan por no haber aflojado, mientras el rico del pueblo se sigue presentando a elecciones. Si el pueblo me acompaña yo iría a luchar contra estas cosas”, sostuvo Mitrovich durante la entrevista radial, y agregó que no sabe por qué “se calla tanta gente a la que le pasó lo mismo”.
“A mí me amenazaban con cartas documento donde se mencionaban cifras de ocho cifras en dólares. Me decían que tenía que desalojar en 24 horas. Y como no pudieron, alquilaron la estancia María Cristina, donde tienen animales y está la gente del hombre que nunca aparece y siempre queda impune”, volvió a decir la mujer sin dar nombres propios.
Más adelante, indicó que los responsables de estas maniobras delictivas “se merecen ir presos porque son un montón de basura”.
Mitrovich contó que está en contacto con Abel Zanarello, el comerciante de Ushuaia damnificado por una maniobra similar que casi le cuesta su propiedad ubicada en la calle Alem, que le alquiló a la familia de Manfredotti para el funcionamiento de una Unidad Básica, y que mediante un pasamanos fue cedida a Glisud y luego a un empleado del hotel Villa Brescia, propiedad del ex mandatario del PJ.
“Abel cuenta con todo mi apoyo y lo voy a ayudar. Estas cosas no pueden seguir pasando”, dijo la propietaria de la estancia San Justo.