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or Luis A. Castelli (*)
Albert Einstein fue un destacado físico alemán, de origen judío, que luego se nacionalizó suizo y estadounidense, conocido por el desarrollo de la teoría de la relatividad, y considerado como el científico más popular y genial del siglo 20
Einstein se hizo notorio y reconocido más allá del ámbito científico por su personalidad y por su desenfado, pero también por algunas “obviedades” (así, entre comillas) que solía decir, que por su sencillez a veces se nos pasan de largo en nuestros análisis cotidianos. A continuación comparto algunas de ellas:
“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.”
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”
“Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres.”
“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.”
“Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.”
“En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.”
Son pensamientos muy sencillos, pero muy profundos, ¿no?
La semana pasada, luego de la mesa de café que compartí en el programa CódigoTDF, por Canal 11, junto a Oscar Rubinos, Mabel Caparrós, Jorge Garramuño y Alejandro Vernet, me quedé pensando y escuchando las repercusiones y análisis que se han hecho del conflicto que desembocó en la toma de la Casa de Gobierno y las medidas adoptadas por el Gobierno Provincial para tratar de recuperar la iniciativa política.
Ahí fue que Einstein vino en mi ayuda, esta vez con una de sus frases más “obvias”:
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”
Pensé que esta lógica debe haber rondado, consciente o inconscientemente la cabeza de la gobernadora Fabiana Ríos: es decir, si lo que venía haciendo desembocó en lo que desembocó, más vale cambiar. Y empezaron a aparecer algunos proyectos o iniciativas que intentan recuperar la imagen de un gobierno que quedó muy debilitado: la reducción de la planta política de la Administración Pública, el proyecto para reformar los regímenes jubilatorios más cuestionados del IPAUSS, las reformas al Consejo de la Magistratura, la nueva convocatoria al Consejo Económico y Social.
¿Sirve? ¿Es suficiente? ¿Debe hacerlo con los mismos actores? ¿Está a tiempo para cambiar ahora? Lo que sucede por estos días en el IPV y en el Tribunal de Cuentas puede dinamitar esas intenciones. Lo que pase depende de muchos actores, pero fundamentalmente de la capacidad del Gobierno para liderar un cambio de rumbo, si es eso lo que desea.
En este sentido y ya para terminar, acudo a una última frase de las tantas de Einstein que quizás pueda inspirar a esos decisores en estas horas difíciles:
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.”
(*) El autor es Licenciado en Ciencia Política y Mgter. en Desarrollo Económico Local