uego de varios años de lucha en los estados judiciales, quienes residen en zonas aledañas a las canteras de áridos de la costanera riograndense, consiguieron el aval de la Justicia para que cese de forma inmediata la extracción de material de relleno y áridos en dicha zona.
La causa fue iniciada el 14 de diciembre de 2015 y caratulada: “Rentería, Miguel Ángel y Otros contra Gobierno de Tierra del Fuego”
La causa se inició bajo el mandato de Aníbal López Tilli pero quien firma la última resolución es el juez Horacio Boccardo, a cargo del Juzgado Civil y Comercial 1.
En el fallo se hizo lugar parcialmente a la acción de amparo, condenando al Gobierno de Tierra del Fuego que adopte las medidas necesarias para el cese de la explotación de áridos en las canteras de la zona denominada Reserva Costa Atlántica. A su vez, rechaza la pretensión de recomposición ambiental solicitada por el denunciante.
La sentencia se conoció en las últimas horas, plantea que el Ejecutivo provincial “con medidas concretas de inmediato cumplimiento a lo dispuesto en la resolución 0450/2015, adoptando los mecanismos, procedimientos y recaudos necesarios tendientes al cese definitivo de la explotación de áridos en las canteras ubicadas en la zona costera denominada ‘Reserva Costa Atlántica’”.
La resolución llega después de años de lucha de vecinos que han observado como el mar, impiadoso, avanzó no solo sobre sus terrenos sino además sobre sus viviendas, producto de las modificaciones en la costa que se han generado por la extracción de áridos de forma durante varios años.
La gota que rebalsó el vaso
La situación límite se produjo en septiembre del año pasado, cuando una crecida del mar provocó que se desmoronara una vivienda emplazada frente al acceso del barrio Policial de Río Grande. A partir de allí, Miguel Rentería, el propietario de la vivienda, inició un reclamo ante la Justicia que concluyó con el fallo que da por finalizada la actividad de las canteras en la zona costera.
En declaraciones a Radio Fueguina, Rentería se mostró aliviado por la decisión judicial y a su vez, aseguró que “es una alegría enterarnos de esto. Vamos a festejar que la Justicia por fin se hizo valer”.
“Desde 2005 que veníamos con la misma historia. Espero que esta vez tomen todos conciencia y cumplan de forma efectiva lo que dispuso la Justicia”, precisó y además, dijo que “fue todo muy complicado, porque cuando no tenes poder, todo sale en contra”.
Además, contó que “yo tengo una vivienda en la costa, que la voy a tener que sacar, tarde o temprano la voy a tener que mover de acá, eso lo tengo claro y por eso, al menos para mí, esto no se termina acá”.
“Lo que se saca de un lado, el mar lo recupera en otro lugar. Yo perdí, en solo un sector, más de 800 metros cuadrados de terreno. Ojala que el Gobierno tome cartas en el asunto y además, que haya reparación de la costa”, remarcó Rentería.
Muchas idas y vueltas
El tema empezó a discutirse bajo el mandato de Fabiana Ríos. En 2015, y por la presión de las empresas que se dedican a la extracción de áridos, se adoptó una decisión salomónica: prorrogar la extracción por 120 días y relocalizar a las empresas dedicadas a la actividad.
La excusa, cada vez que se debatió el tema, siempre apuntó al bolsillo. Desde las canteras aseguraron que si se las relocalizaba, el precio del metro cuadrado de construcción se iba a disparar de forma descontrolada.
Cabe señalar que incluso la Legislatura de Tierra del Fuego discutió la cuestión y aprobó una polémica ley que permitía la reubicación de las canteras en una zona considerada área protegida, con un plazo de labor de cinco años.
Luego de aprobado el controvertido proyecto, el entonces ministro Jefe de Gabinete, Sergio Araque, manifestó que “las coordenadas que definieron los legisladores para la reubicación de las canteras en la ciudad de Río Grande coinciden con la zona de playa de la histórica Misión Salesiana y con la ubicación del puerto Caleta la Misión, lo que es un verdadero despropósito”.
En el actual contexto, el fallo también brinda una cuota de esperanza para las organizaciones dedicadas a cuidar la flora y fauna local, que se expresaron airadamente sobre la necesidad de preservar la biodiversidad del sector, amenazada por la extracción de áridos.