Barco inglés sufre quiebra del mástil y pérdida de velamen
EL 8 DE ABRIL DE 1741

Barco inglés sufre quiebra del mástil y pérdida de velamen

08/04/2020
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ste día, el barco inglés ‘Glocester’ sufre reiterados accidentes: “el palo de mesana se quebró por encima de la pequeña vela y el todo, como su velamen, fue arrebatado por los vientos”. Una semana antes, el mismo navío había sufrido la rotura de “la gran verga” y “para reemplazarla se recurrió al arbolado de las otras” naves de la expedición comandada por George Anson (Milcíades A. Vignati. Una narración fiel de los peligros y desventuras que sobrellevó Isaac Morris).
 Esta expedición trascendió por la tortuosa navegación que llevó a cabo por los mares australes, sobre todo por el naufragio de su navío almacén ‘Wager’ y la conflictiva supervivencia de su tripulación en las costas australes chilenas.
La escuadra estuvo integrada además por los buques ‘Centurión’, ‘Perla’, ‘Severn’, ‘Tryal’ y dos embarcaciones cargadas de provisiones, que habían zarpado el 18 de setiembre de 1740 del puerto de Santa Helena.
La primera complicación fue sufrida por la ‘Tryal’, que obligó a la expedición a recalar en el puerto de San Julián para hacer reparaciones. Al ingresar al océano Pacífico “se desencadenó terrible tormenta que bien pronto dañó a todos los buques, especialmente al ‘Wager’ y a la flauta ‘Anna’. Durante casi tres meses fueron, en verdad, juguete de los elementos conjugados en la más encarnizada de las tempestades. Mientras tanto, en la flauta ‘Anna’ el árbol que sostenía la vela del bauprés estaba roto y en trance de perder sus otros mástiles. El 10 desaparecieron de la conserva ‘Severn’ y la ‘Perla’”. Dos días después, lo mismo ocurrió con el ‘Centurión’, el ‘Glocester’ y ‘Anna’ y los tripulantes de la ‘Wager’ quedaron sin compañía a la vista.
Aislado del resto de la flota, la tripulación comenzó a dar signos de indisciplina. El 13 de abril un marinero vio tierra pero no lo informó.  Cuestión que fue subsanada por la tarde cuando se confirmó la cercanía del litoral chileno. “A la sorpresa sobrevino la aflicción, pues una marea muy fuerte arrastraba al buque violentamente sobre la costa”.
El capitán se accidentó y las órdenes no llegaron a tiempo para salvar el barco. “En la madrugada del 14 la popa chocó contra una roca escondida”. Otro choque produjo la rotura del timón y un tercero lo dejó encajado en forma tal que impedía su hundimiento”. Por la mañana visualizaron que estaban a poca distancia de la costa, donde pudieron llegar y permanecer varios meses.

Autor : Bernardo Veksler
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