Envíe esta nota por email

Cómo ensuciar un triunfo de la peor manera

Sabido es que el rugby es un deporte de contacto fuerte y que eso conlleva a que las cosas dentro de la cancha durante un partido sean muy friccionadas. Por ello cada club forma el espíritu de sus jugadores enseñándoles templanza para enfrentar la situación. Está claro que lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha y por eso existe el 3er. tiempo.
El sábado se vivió una situación indignante, ya que, tras finalizar el cruce entre Águilas y Club Colegio en Primera División, ambos planteles hicieron la clásica ronda en el centro de la cancha, cada equipo en lados opuestos, en donde el grupo hace un leve raconto del partido. En esa instancia desde el círculo del local salieron cánticos ofensivos hacia los visitantes. No conforme con ello, cuando Club Colegio se retiraba del campo de juego, un integrante de Águilas se puso de frente al público, que vio el partido desde sus autos, y agarrándose sus genitales profirió improperios reiteradas veces. No conforme con su bravuconada se dio media vuelta y bajándose el pantalón siguió con esa actitud.
Situaciones de esta categoría no pueden permitirse en ningún deporte. Y particularmente muy alejada de la mística y el honor que profesa el rugby y sus principios.
Creemos que esta actitud del plantel y aún más del jugador con la casaca 9 Fucsia, va mucho más allá de lo deportivo y sin duda resulta muy insultante.
Para cerrar este resumen, cabe destacar que la tribuna automovilística, ya que por protocolo no se pudo ingresar al predio, se redujo a la calle aledaña a la cancha, y estuvo mezclada con muchos vehículos tanto del local como del visitante. Es de destacar que cada uno de ellos hinchó por su equipo y no hubo ningún tipo de problemas ni altercados. Eso hay que enseñárselo al jugador número 9 de Águilas, cuya actitud no lo hace merecedor de pisar ninguna cancha.
Además, no se dio cuenta que esos ademanes también se los estaban recibiendo los propios simpatizantes de Las Águilas.
Cabe preguntarse si el Club Las Águilas tomará cartas en el asunto con sus jugadores. Demás está decir que una institución de tantos años no enseña estas cosas, pero está claro que algo está ocurriendo.
Por otra parte, entendemos que la Unión de Rugby de Tierra del Fuego tendrá que poner mano firme en esto, actuando de manera temprana para que este tipo de situaciones no se repitan.
Cada institución, en el ámbito de acción que le compete, debe ponerse a la altura de la circunstancia y actuar en consecuencia. Confiamos, por el bien del deporte, que así sea.