Nueva disciplina en el escenario provincial

Tierra del Fuego participó en un encuentro nacional de musicoterapia

04/09/2006
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na musicoterapeuta fueguina representó a la provincia en el Primer Encuentro Argentino de Musicoterapia, desarrollado hace dos semanas, en la Cámara de Diputados de la Nación. Allí fueron difundidos los avances de esta actividad, que tiene 40 años en el país y seis décadas en el mundo. Julieta Ontivero es impulsora de la Ley 710 de regulación del Ejercicio Profesional de la musicoterapia; y en este contexto, dio a conocer los alcances de la legislación promulgada por la Legislatura de Tierra del Fuego, el 23 de agosto pasado. La normativa tiene precedentes en otras jurisdicciones.
En la capital fueguina la joven es pionera en esta disciplina que pertenece a las ciencias de la salud. Aunque en el escenario provincial la actividad todavía esta poco difundida, ella confía en que, poco a poco, se irá instalando. Una muestra de ello es que en junio pasado, en el marco de partidarias, el Ministerio de Educación definió la incorporación de estos profesionales en el gabinete psicopedagógico de asistencia al escolar.
Explicó que la musicoterapia focaliza su accionar en las experiencias musicales de las personas, utilizando la música y el sonido en todas sus dimensiones con fines de promoción, asistencia y rehabilitación de la salud. En general, los profesionales forman parte de equipos interdisciplinarios en hospitales, escuelas, centros comunitarios, o bien trabajan en forma particular. A través de terapias grupales o individuales, elaboran técnicas de intervención especificas en base a la necesidad de cada paciente; entre ellas la improvisación musical (utilizando todo tipo de instrumentos); el canto, la danza o quizás el simple disfrute de las melodías.
En este caso la música no es una terapia alternativa. No tiene fines pedagógicos ni estéticos sino que permite un abordaje particular del sujeto y su problemática vital. De este modo funciona como medio de expresión para trabajar sobre las propias dificultades de cada paciente. "Fortalece la mirada de las personas que sufren alguna enfermedad por que muestra que existen otros lenguajes, que posibilitan una comunicación completa", expresó la entrevistada a el diario del Fin del Mundo.
En tanto, Julieta Ontivero estudió música en el Centro Polivalente de Arte de Ushuaia y por su vocación de servicio, decidió profundizar en este arte volcándose a la musicoteapia. Logró graduarse en la Universidad del Salvador de capital federal, y sus primeras experiencias como profesional en esta área de la salud fueron en el Hospital de Clínicas y Hospital de niños Ricardo Gutiérrez de Bueno Aires. Actualmente desempeña labores en la Escuela especial Kayú Chénèn de Ushuaia. Está abocada a niños que padecen de trastornos generalizados del desarrollo (TGD) y desde su lugar busca promocionar los beneficios de esta actividad, funcional a las personas más vulnerables.

Beneficios altruistas
 
El campo de aplicación de la musicoterapia actualmente es muy variado: psicosis, autismo, enfermedades psicosomáticas, neurosis; geriatría, bulimia-anorexia, discapacidad motora y sensorial, rehabilitación, drogadicción, embarazo, HIV, enfermedades terminales, entre otros.
Asimismo, dentro de las ventajas que ofrece la terapia, logra facilitar la comunicación y las relaciones sociales, el aumento de autoestima, la seguridad en sí mismo, ya que la música llega a ser disparador de pensamientos positivos e ideas creativas. Actúa como elemento relajante frente a desequilibrios nerviosos y problemas de estrés. Además produce dominio de las emociones, mejora las funciones motoras y perceptivas: el ritmo, elemento dinámico de la música sirve de estímulo en procesos psicomotores, consiguiendo una mayor coordinación de los movimientos.