or el Dr. Daniel Sabsay para EDFM
El anuncio del intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, de llevar a cabo una segunda consulta popular en octubre próximo, a menos de un año de realizada la primera, marca un nuevo hito en la progresión hacia una democracia participativa madura en la ciudad más austral del mundo. En efecto, se trata de una situación sin precedentes en nuestro país que se suma al sorprendente desarrollo que ha tenido la participación ciudadana en dicha ciudad. Recordemos que su Carta Orgánica contempla un abanico por demás nutrido de herramientas que permiten la intervención de los vecinos en la cosa pública; y, que ello ha sido el producto de una labor conjunta entre representantes y representados en el seno de la convención constituyente encargada de la redacción de la Carta. Luego, con velocidad se fueron reglamentando esos institutos y ahora observamos con verdadero entusiasmo que se están llevando a la práctica de manera regular. Así las cosas, la experiencia institucional de Ushuaia, no sólo ha servido como antecedente dentro de la provincia, sino que ha nutrido la labor constituyente en numerosos municipios de todo el país, e inclusive en otras provincias.
En lo que hace a esta nueva iniciativa no puede sino sorprendernos por la originalidad de su formulación, la extensión de su alcance y la estupenda "provocación" a la comunidad para acercarla de manera activa en el desarrollo de la consulta y enriqueciéndola con temas que deben ser propuestos por ella, para luego ser sometidos a la decisión del pueblo. Éstos se han de sumar a cuestiones tan trascendentes como son el tratamiento de los residuos domiciliarios, los animales domésticos, el transporte público de pasajeros y los impuestos y tasas municipales. La problemática fiscal generalmente queda excluida de este tipo de compulsas por ello existen muy pocos antecedentes nacionales al respecto. En consecuencia, consideramos que se trata de un acto de verdadera responsabilidad y compromiso de parte del titular del ejecutivo municipal, ya que no quedan dudas que en este campo los resultados pueden no ser los esperados por los ocupantes del poder.
Desde el punto de vista institucional también queremos destacar que están incluidos los jóvenes de 14 a 18 años, modalidad por demás constructiva para alentar en los futuros ciudadanos el interés por la cosa pública, ya que se los invita a co-protagonizar una verdadera práctica cívica que no dudamos dejará sus huellas a futuro.
En suma, una decisión que merece ser difundida a lo largo y a lo ancho de la Argentina, como un verdadero antecedente en materia de calidad institucional ya que apunta a robustecer una "democracia no delegativa", sino por el contrario centrada en el diálogo fecundo y en la corresponsabilidad entre gobernados y gobernantes, enmarcado en reglas claras y transparentes. Por último, hacemos votos para que esta estupenda experiencia logre ser replicada en todo el país.
