ste día, los jueces encargados de decidir sobre la solicitud de libertad condicional presentada por Cayetano Santos Godino, el “Petiso Orejudo”, deciden rechazarla definitivamente. Los autores del dictamen fueron los jueces José María Paz Anchorena, Osvaldo Loudet y otra firma no legible.
El fallo sostuvo: “Acéptese el criterio psiquiátrico, es decir que se trate de un imbécil con todas las reacciones antisociales que algunas veces los caracterizan, o trátese de un simple degenerado hereditario, perverso instintivo, consideramos que su segregación del seno social debe ser definitiva, porque su psicología patológica es también definitiva y sin tratamiento posible, lo que por otra parte se ha comprobado durante su larga reclusión. Por todas estas razones opinamos que debe permanecer indefinidamente en el lugar donde se aloja” (Carlos Pedro Vairo. El Presidio. Ushuaia).
No obstante, dos años más tarde, Godino hizo una nueva presentación reiterando el reclamo de libertad condicional. Entre los considerandos del nuevo rechazo se incluye un informe sobre su desempeño laboral: “sin oficio, corte de astillas y canteras hasta el año 1929. Retirado por prescripción médica. Desde 1929 se le ocupa como cuartelero, encargado del barrido y limpieza de la “rotonda”. Sigue demostrando, como en el informe anterior, voluntad para el trabajo”. Consta que “tiene ahorrados $ 800, moneda nacional. No gira”.
Sobre su disciplina, se destaca que cambió totalmente desde el informe anterior. “La conducta, a partir de 1935 pasó a ser ejemplar, según el Tribunal de Clasificación. Dócil y disciplinado, peligroso por ser sugestionable y por su automatismo. No tiene noticias de sus familiares desde el año 1933. Continúa escribiéndoles periódicamente, sin recibir respuesta. Ha sufrido varios castigos disciplinarios: el último en marzo de 1935 por tratar de pasar un escrito de un penado pederasta a otro”. Finaliza el informe del Penal, calificándolo de “Difícil. Inadaptable al medio social. Debe permanecer recluido”.
Godino permaneció detenido hasta su fallecimiento, el 15 de noviembre de 1944. La causa registrada fue “hemorragia interna por proceso ulceroso gastroduodenal”. Aunque existen versiones que indicaron que el deceso se produjo por una paliza consumada por sus compañeros de presidio. “Aparentemente porque tiró un gato dentro de la estufa a leña” (op.cit.).
