l pasado lunes se registró una fuga masiva de salmones de criadero en la zona de Chaitén, donde se calcula que las dos jaulas que se vieron afectadas contenían unos 880 mil ejemplares.
Por este motivo, desde el Servicio Nacional de Pesca informaron a salmonexpert.cl que “Es altamente probable que exista escape de salmones. La cantidad de peces es lo que no tenemos claro”.
Las principales causas que provocan escapes de peces son la ruptura de redes y el colapso total o parcial de estructuras de cultivo por eventos meteorológicos y oceanográficos, como es el caso de las informadas el pasado lunes, donde las rachas de viento en la zona de Chaitén alcanzaron los 84km/h.
La compañía responsable declaró que está desplegando un plan de contingencia para reemplazar el módulo dañado y así evitar el escape, “pero lo que verdaderamente es necesario tener en cuenta es que este no es un evento aislado” precisaron desde la organización ambientalista Sin Azul No Hay Verde (SANHV).
“En los últimos años, medios del país vecino registraron en 2019 fugas por más de 100 mil y, en 2018 más de 752 mil salmones. Por otra parte, Noruega -exponente a nivel mundial en la cría de salmónidos y estándares de seguridad- no queda exenta de este tipo de eventos ya que en 2019 informó fugas por más de 280 mil ejemplares. Lo que pone en evidencia los riesgos constantes de la actividad” recordaron desde la organización ambientalista.
¿Cuál es la amenaza de las fugas?
Consultados referentes de SANHV, precisaron que “se puede observar fácilmente el alto nivel de adaptación de este animal, siendo que en los últimos 10 años ya se han encontrado de manera cada vez más regular ejemplares de salmón Coho y del Atlántico (especies cultivadas en Chile), en ríos y lagos de toda la Patagonia y en especial en Tierra del Fuego. El problema de los escapes radica en la introducción masiva de estos animales exóticos y el impacto que generan al interactuar con el medio. Son predadores tope que arrasan con todo lo que encuentran en su camino, desequilibrando el ecosistema y desplazando especies autóctonas”.
“En el Canal Beagle, donde según el acuerdo firmado con Noruega, se proyectó la instalación de jaulas para la cría intensiva de salmones, las condiciones climáticas son tan inestables como extremas. Una tormenta como la que ocasionó el desastre de Chaitén, con rachas de 84 km/h, es un escenario normal para la meteorología fueguina” agregaron.
Finalmente advirtieron que “más allá del pasivo ambiental irreparable que genera esta industria, el desarrollo de la salmonicultura en el Canal dentro del contexto de urgencia económica que vivimos, sería exponer a grandes valores locales, como la centolla, a encontrarse cara a cara con salmones exóticos que pueden llegar a pesar hasta 25 kilos. Y a su vez, a la actividad del turismo a cruzarse a lo largo de sus excursiones con jaulas y plantas flotantes que pondrían en tela de juicio si Ushuaia es, verdaderamente, ese destino prístino y salvaje que ofrece el Fin del Mundo”.