n muy particular estudio de opinión pública cuyo inquietante título es “¿Los argentinos nos estamos volviendo de derecha?” llevó adelante entre el 10 y el 12 de octubre pasado la consultora Zuban Córdoba, con asombrosos resultados sobre un posicionamiento ideológico pocas veces estudiado en nuestro país.
La directora de la consultora, la politóloga Paola Zuban, efectivamente consideró que identificar el auto posicionamiento ideológico en Argentina “es bastante complicado”, principalmente por la histórica característica de sociedad bipartidista, con “dos partidos con diferentes identificaciones ideológicas, peronismo y radicalismo, con algunas líneas internas más de derecha y otras más de izquierda”.
“Preguntamos desde distintos ángulos y lugares, si es más propenso a adherir al capitalismo o a ideas del liberalismo, o más propenso a ideas del estatismo, a que el Estado tenga más presencia o participación en decisiones de políticas públicas” resumió básicamente el tenor de las consultas.
El principal sorprendente resultado es que más del 47% de los consultados “comparten ideas vinculadas con la derecha”. Esto lleva a Zuban a teorizar que “los argentinos y argentinas nos estamos derechizando”, en el marco de una tendencia internacional en ese sentido.
A diferencia de otros países latinoamericanos, la argentina, en promedio, es una sociedad muy politizada e informada, con un porcentaje cercano al 70% muy actualizado: “El problema es con la dirigencia política, no con la política en sí. La ciudadanía identifica esas diferencias y busca correrse de esa representación que no lo está representando”. En ese contexto inscribe Zuban el surgimiento de otras expresiones políticas que van ganando terreno.
La experta compartió el dato de que quienes mayoritariamente se identifican como “de centro” reflejan una resistencia a identificarse como “de derecha”. En términos reales, un gran porcentaje de quienes se reconocen al centro “podemos contarlos en la fila de la derecha, porque cuando preguntamos si está presente el comunismo en la Argentina, más del 47% cree que el comunismo está presente y que está representado por el Frente de Todos”. Esa alta proporción de ciudadanos que no se identifican con la derecha, en realidad comparten ideas como capitalismo, liberalismo, y son contrarios al estatismo.
Ahondando en el revelador concepto, dijo que “muchos de quienes se identifican con el centro tienen ideas más de derecha que de centro mismo o de izquierda. Hay un porcentaje tan alto de gente que se identifica con la libertad, con el capitalismo y el liberalismo, que cree que el comunismo es el peor problema que está atravesando la Argentina hoy”.
Como de extrema izquierda se identificó el 1% de los consultados, mientras quienes se sienten de extrema derecha, el 4%. En las posiciones intermedias, “más del 50% de ciudadanos, incluidos las personas de centro, son de derecha, y más de un 25%, como de izquierda” resumió a continuación.
En definitiva, de cada tres ciudadanos consultados por Zuban Córdoba acerca de su ubicación ideológica, dos se identifican “de derecha”.
Claro que hizo notar la flagrante contradicción en quienes, apegados a que el Estado le resuelva sus cuestiones, al mismo tiempo adhieren a ideas de dejar al libre mercado el resto de la realidad: “Tampoco esto es patrimonio exclusivo de Argentina, el estado de bienestar ha fracasado en traducir en calidad de vida de la gente esta ampliación de derechos de las que ha sido principal promotor” definió conceptualmente Paola Zuban.
Una vez más apelando a la síntesis devenida de su análisis, determinó “una sociedad argentina bastante conservadora en lo social y bastante liberal en lo económico, un cóctel bastante contradictorio”.
Como primera conclusión general sobre los resultados de la investigación especial, Paola Zuban describió “una fatiga democrática, una ruptura o divorcio entre las expectativas de la ciudadanía y las respuestas que la política puede dar. Ha hecho méritos la clase y los partidos políticos tradicionales para que esto ocurra, lo vemos a diario, la falta de respeto por la institucionalidad y por normas escritas y no escritas. Si a eso sumamos la falta de diálogo, tanto las coaliciones hacia su interior, como entre ellas, tenemos como resultado que la ciudadanía identifica que la dirigencia de los partidos políticos tradicionales no está interpretando sus demandas y está concentrada en temas que no le preocupan”.