ste día, Facundo, el dueño del carrito de comidas ‘El Ona’, dona toda su recaudación a “la mamá de Ian, un niño de cinco años que sufre una cardiopatía congénita y que necesita viajar a Buenos Aires a realizarse estudios, que determinarán si necesita una tercera cirugía de corazón” (www.criticasur.com.ar, 28/8/2016).
Pero Facundo acostumbraba una vez por mes a hacer actos solidarios similares, con lo que obtiene con la venta de lomitos, panchos y hamburguesas, desde su carrito ubicado en Belgrano 539, en diagonal al hotel Atlántida de Río Grande.
“Ian, con cinco años, nació con una cardiopatía congénita” y ya había pasado por dos operaciones del corazón. “Por lo que me contó la mamá el padre solo le pasa una cuota alimentaria, no tiene mucho contacto con él, es una madre soltera y como está con este problema tampoco puede laburar porque tiene que estar con él (…) El pequeño debe realizarse estudios complejos y para ello necesita viajar a Buenos Aires por quince días. Al no tener trabajo su mamá necesita ayuda porque la obra social de Ian no le cubre el gasto del Hotel. La madre hizo rifas y canastas, con eso se ha ido manejando”, manifestó Facundo.
Pero no es una cruzada solidaria ocasional, “es lo que ha estado haciendo durante los últimos cinco meses, ya que arrancó a trabajar en diciembre de 2015, cuando le compró el carrito a un amigo”.
Sostiene que “siempre estuvo la idea de hacer esto, que es ser un poquito solidarios nomás y contribuir con la sociedad de alguna manera”. Aunque no parezca algo habitual, él opina que no es tan difícil: “Lleva un costo importante, pero de mi parte siempre supe que todo vuelve y uno se debe preocupar más en dar que lo que va a recibir”.
Explicó la manera de implementarlo: “Lo que hicimos desde que empezamos con esta historia es que el último día lunes de cada mes se hace una venta solidaria. La venta del mediodía, de la noche y a veces hasta con mis hermanos hemos puesto de nuestros sueldos para que sume”.
“Es sólo un día al mes y mientras se pueda lo vamos a seguir haciendo, para mi lleva un costo importante pero siempre de mi parte supe que todo vuelve y uno se debe preocupar más en dar que lo que va a recibir”, dijo.
Facundo cierra: “A mi familia y a mi gente le gusta la idea y estamos todos de acuerdo, nos reconforta muchísimo, y recibimos muchas cosas lindas” (op.cit.).
Autor: Bernardo Veksler
