Las estancias logran renovar concesiones y pierden tierras
EL 31 DE AGOSTO DE 1938

Las estancias logran renovar concesiones y pierden tierras

31/08/2023
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ste día, La Sociedad Ganadera Gente Grande logra la renovación por decreto del arrendamiento de su estancia, aunque, en las negociaciones que debió entablar, la extensión “fue reducida en 29.860 hectáreas, que pasó a recuperar el Fisco”, como parte de las tratativas que los estancieros llevaron adelante con las autoridades chilenas para lograr la prolongación de las concesiones (Mateo Martinic B. La Tierra de los Fuegos).

Durante ese año, los hacendados procuraron precaverse del cambio de titularidad del Ejecutivo Nacional y “gestionaron en forma anticipada la renovación de los arrendamientos  fundiarios que vencían en 1944”.

En marzo, el gobierno presidido por Arturo Alessandri “renovó a la Sociedad Explotadora, y hasta el año 1957, el arrendamiento de 707.385 hectáreas de las 950.000 que hasta entonces detentaba. Así esta compañía debía restituir al Fisco las 242.615 hectáreas que conformaban la superficie de sus dos grandes estancias ‘Springihill’ y ‘Río de Oro’, lo que efectivamente se produjo a partir del 1° de enero de 1939”.

También la “Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes por fin, la otra gran arrendataria de campos fueguinos (Estancia ‘Vicuña’), si bien manifiestamente inferiores en calidad, se adelantó a devolver anticipadamente 258.000 hectáreas que conformaban los terrenos difíciles de explotar y renovó el arrendamiento de sólo 70.000 hectáreas”.

En esas negociaciones el estado chileno logró la restitución de 530.000 hectáreas de campos fueguinos, “más de la mitad de las cuales eran excelentes para uso pastoril”.

Con esa base, el Ministerio de Tierras y Colonización del nuevo presidente planificó la subdivisión de esa superficie. “Inicialmente y sobre los mejores campos se formaron 45 unidades o lotes ganaderos de 2.500 hectáreas cada uno. Además se dispuso la creación de la Colonia Laguna de los Cisnes, vecina a Porvenir y junto al litoral del Estrecho, para uso agrícola y ganadero, con 32 parcelas de una cabida media de 370 hectáreas cada una. De tal modo el gobierno estuvo en situación de entregar a la recolonización, en forma inmediata y por la vía del arrendamiento, un total de 124.464 hectáreas, dejando el resto para ulterior división y disposición”

Los primeros años siguientes, en el norte de la parte chilena de la isla “el ímpetu poblador de la recolonización invadió los campos…” (op.cit.).

 

Autor: Bernardo Veksler

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