ste día, se difunde un estudio sobre las aguas del Beagle que arroja una presencia significativa de restos de algunos metales que, en ciertos tramos del canal, exhiben índices de contaminación superiores a los estudios similares efectuados en el mar Mediterráneo.
El argentino Marcelo Conti, investigador del Instituto de Protección Ambiental de la Universidad de Roma, “lleva veinte años estudiando los mares más prístinos de la Tierra (…) él imaginaba que las aguas más puras del planeta debían ser las que bañan la Patagonia, ‘el fin del mundo’ (...) Ahora, tras culminar dos estudios que le permitieron reunir miles de datos y le llevaron seis años de arduo trabajo, confirmó lo contrario: no sólo contienen rastros de distintos metales, sino que en algunos casos sus niveles superan los registrados en el Mediterráneo” (Nora Bär. Diario La Nación).
“Conti y sus colegas Jorge Stripeikis, Maria Grazia Finoia y Mabel Beatriz Tudino acaban de demostrarlo por segunda vez. Después de haberlo detectado en mejillones [se publicó en /Ecotoxicology /], ahora tomaron como referencia las lapas, moluscos bivalvos que pueden concentrar miles de veces trazas de metales presentes en el agua”. Siendo estos seres indicadores de precisión para determinarlo.
Conti explicó: “En el primer /paper/ dijimos que habíamos encontrado cadmio, un metal tóxico que seguramente tiene origen antrópico [en la acción humana]. Ahora analizamos lapas y volvimos a confirmarlo"
No obstante, consideró que “los niveles son muy bajos, tanto que no logramos detectarlo en el agua, sino en los biomarcadores [en los animales que lo concentran], pero está".
“Los científicos tomaron muestras en siete puntos del canal de Beagle, a lo largo de 170 km de costa que van desde la bahía Lapataia hasta Punta Moat, en busca de metales como cadmio, cobre, cromo, zinc, plomo y níquel”.
Sorprendentemente, los científicos determinaron que, aunque podría pensarse que el puerto de Ushuaia mostraría mayores niveles de contaminación, no hay un sitio claramente más contaminado que los otros seis estudiados.
Los moluscos analizados son parte de la dieta de diversos mamíferos y de los humanos. “Y dado que los niveles de metales pesados acumulados dependen de factores como la temperatura, la salinidiad, la dieta y las variaciones estacionales, podrían representar un riesgo ya que son tóxicos incluso en cantidades muy pequeñas” (op.cit.).
Autor: Bernardo Veksler