a abogada Indiana Guerreño, representante de la Asociación Pensamiento Penal y veedora del caso de Gina Cárdenas, compartió sus reflexiones sobre la reciente reducción de pena de prisión perpetua a 8 años por parte del Superior Tribunal de Justicia. Aunque expresó satisfacción por la disminución de la condena, cuestionó que el fallo no reconociera el contexto de violencia de género en el que se desarrolló el caso.
"Estamos muy contentos y contentas porque Gina había sido condenada injustamente a prisión perpetua y eso nos planteaba un escenario. Imagínense la cantidad de años que eso implica en Argentina", señaló Guerreño. Afirmó que, debido a las reformas legislativas, la duración exacta de la prisión perpetua genera incertidumbre, y la reducción de la pena es un avance positivo.
"Ahora lo que nos preocupa es que la siguen culpando, la siguen condenando. Le bajaron la pena, pero implica una condena y lo que no se ve en el fallo, que tiene cosas para destacar, pero también cosas muy preocupantes", agregó la abogada. Destacó su inquietud por la falta de reconocimiento en el fallo del contexto de violencia de género que rodeó el caso.
En relación con el análisis de la defensa de Gina, Guerreño expresó su preocupación por cómo se abordaron elementos clave, como los celos y el círculo de violencia: "El círculo de la violencia es cuando una mujer, inmersa en esa situación, tienen períodos como de ‘luna de miel’, donde el hombre después de ejercer violencia es como que, muy entre comillas, la vuelve como a conquistar", explicó. Señaló que estos aspectos no fueron suficientemente considerados desde la perspectiva de género en el fallo.
El caso involucra a Gina Cárdenas, quien se encontraba embarazada y se defendió de un ataque con cuchillo de su pareja, con quien forcejeó y culminó matándolo. Guerreño resaltó que la falta de reconocimiento de la legítima defensa y la minimización de la violencia de género en el análisis del tribunal son aspectos preocupantes.
"Esperemos que el paso siguiente que corresponde decir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde esto ya lo tiene analizado, donde ya tiene un largo recorrido la Corte en cuanto a violencia por motivos de género, donde dice justamente esto: cuando tenés un caso de estas características, no podés medirlo como si fuera un homicidio común", expresó la letrada e instó a valorar las circunstancias, especialmente el hecho de que Gina estaba embarazada.
En cuanto al fallo, elogió un voto que intentó juzgar con perspectiva de género y redujo la pena, pero señaló que aún quedó pendiente el reconocimiento total de la legítima defensa. "Ese último pasito que le faltó, tiene que ver con costumbres muy arraigadas. Es una cuestión cultural, de la cual los jueces no están exentos", concluyó, en tanto destacó la importancia de adoptar una perspectiva de género para comprender la experiencia de Gina y abogó por un sistema judicial más sensibilizado ante estos casos.