n las últimas horas, hemos sido testigos de una serie de cuestionamientos hacia el Subrégimen de Promoción Industrial de Tierra del Fuego por parte de diversos referentes políticos nacionales. El más reciente de estos ataques proviene del diputado nacional radical, Rodrigo Alfredo de Loredo, quien instó al gobierno de Javier Milei a "meterse con Tierra del Fuego". Este reclamo, respaldado por el diputado de CABA, Fernando Iglesias, y otros participantes de un programa televisivo transmitido por La Nación+, merece ser analizado a la luz de las consecuencias que podría acarrear para la provincia más austral de nuestro país.
Es crucial destacar que Tierra del Fuego no solo es una de las principales provincias hidrocarburíferas de Argentina, sino también un pilar fundamental en el ejercicio de la soberanía en el Atlántico Sur y el continente antártico. La importancia estratégica de la región se refleja en su papel como eje central en la vinculación con las Islas Malvinas y la Antártida, cuestiones geopolíticas que no pueden pasarse por alto.
El Subrégimen de Promoción Industrial, objeto de críticas infundadas, juega un papel esencial en el desarrollo económico y social de Tierra del Fuego. Al proporcionar empleo directo a 11.000 trabajadores y generar unos 5.000 empleos indirectos a través de empresas proveedoras de servicios y componentes, como almacenamiento, comedor o limpieza, esta política contribuye significativamente al sustento de más de 60.000 personas que conforman familias tipo. Además, de no producirse en territorio fueguino, los mismos productos tendrían que fabricarse en otras provincias del país.
Por esto mismo, es necesario advertir sobre la posible desinversión en Tierra del Fuego es una llamada de atención necesaria. Más allá de las consideraciones económicas, la conexión con las Islas Malvinas y la Antártida refuerza la idea de que la única provincia insular es una pieza clave en la defensa de la soberanía nacional.
De allí que es imperativo recordar que el único territorio ocupado por una potencia extranjera en la Argentina se encuentra en Tierra del Fuego, específicamente en las Islas Malvinas, ocupadas ilegalmente por el Reino Unido.
Así entonces, alentar la desinversión en Tierra del Fuego sería no solo una decisión irracional desde el punto de vista económico, sino también un acto que promovería el despoblamiento de la región y, en última instancia, implicaría ceder en el ejercicio de la soberanía sobre el extremo sur de nuestro país y del continente.
Es hora de reconocer la importancia estratégica y económica de Tierra del Fuego y respaldar el Subrégimen de Promoción Industrial como un pilar fundamental para el desarrollo sostenible fueguino y la defensa de la soberanía nacional en un contexto geopolítico cada vez más complejo.
