ste día, los tripulantes del navío ‘Aurora’ encargado de asistir a la expedición comandada por Ernest Shackleton, al haber quedado atrapado por el hielo, son rescatados por otro barco del mismo nombre.
El explorador Ernest Shackleton se había propuesto “cruzar el continente antártico, desde el mar de Weddell hasta el mar de Ross, pasando por el Polo. El buque ‘Endurance’ se encargó de transportar a Shackleton, con los equipos de movilidad y la gente que participaría. Entretanto el ‘Aurora’, a las órdenes del capitán Aeneas Mackintosh, procedía de la isla Ross a distribuir depósitos de víveres en forma escalonada, los cuales serían luego utilizados por los expedicionarios” (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
Al internarse en el mar de Weddell, “pronto se vio en serias dificultades por la fuerte presión que los hielos ejercían sobre su casco. En octubre la tripulación lo abandonó, hundiéndose al día siguiente. A la deriva de un iceberg, Shackleton llegó a la isla Elefante; desde ahí partió con cinco compañeros en una embarcación abierta, el ‘James Caird’, con rumbo a las islas Georgias, distante 800 millas (1.287 km.), a la que arribaron después de 16 días de dura navegación", para organizar el rescate de sus compañeros que quedaron en la costa antártica.
Los tripulantes del ‘Aurora’ tenían asignada la función de distribuir depósitos de víveres a lo largo del itinerario previsto por los hombres de Shackleton, misión que pudo cumplir satisfactoriamente. Pero, fueron afectados por calamidades similares a las vividas por los expedicionarios del Endurance. El navío encargado de esa asistencia, se vio “sorprendido por una tormenta, garrearon las anclas del barco, el cual debió dejarse llevar a la deriva, hasta quedar preso de los hielos. El jefe (Mackintosh) y diez de sus hombres se vieron forzados a permanecer en tierra” y luego enfermaron de escorbuto.
Shackleton organizó “una primera tentativa de rescate en el ‘Southern Sky, que fracasó. En Malvinas se embarcó luego en el ‘Instituto de Pesca N°1’, pero los hielos que rodeaban la isla Elefante le impidieron acercarse y recoger a quienes se había visto en el trance de abandonar (…) Al mes siguiente hizo otro ensayo desde Punta Arenas, a bordo de la goleta ‘Emma’, sin tampoco lograr éxito. Finalmente, la escampavía chilena ‘Yelcho’ consiguió salvar a los pobres 22 náufragos que allí habían quedado” (op.cit.).
Autor Bernardo Veksler
