l profesor universitario y especialista en informática, Federico González, alertó sobre la necesidad de que las ciudades se preparen adecuadamente para afrontar el avance tecnológico. En una entrevista, González compartió sus perspectivas sobre los nuevos sistemas urbanos y la integración de tecnologías en la vida cotidiana de los ciudadanos.
"La tecnología impacta de dos maneras distintas: a nivel individual y a nivel social y político. La llegada de servicios como Internet y teléfonos a nuestras casas marca un impacto individual, pero a nivel global, las brechas entre ciudades más y menos desarrolladas generan diferencias significativas", enfatizó González.
El experto, con un máster en ciudades inteligentes, desmitificó el término, considerándolo un "verso" y una meta utópica. Según él, las ciudades inteligentes buscan mejorar la calidad de vida utilizando recursos tecnológicos, más que ser una búsqueda tecnológica en sí misma.
González señaló que, a pesar de la antigüedad, las grandes capitales europeas han logrado integrar eficientemente lo antiguo y lo nuevo en términos tecnológicos. Sin embargo, destacó que no se puede comparar con ciudades completamente nuevas, especialmente en Asia y Medio Oriente, que son altamente tecnológicas.
En cuanto a la toma de decisiones en el desarrollo urbano, González destacó la importancia de priorizar aspectos como el transporte público, peatones, ciclistas y la distribución del espacio físico. Utilizó el ejemplo de Viena, su actual lugar de residencia, donde la decisión de convertir el espacio tras la demolición de las murallas en museos y una gran avenida, han impulsado el turismo y contribuido a la economía de la ciudad.
González también instó a reflexionar sobre cómo era la ciudad hace 50 años, para imaginar el futuro. Anticipó, como ejemplo, cambios en la movilidad, como la electrificación de los vehículos y la introducción de autos autónomos en Europa para 2026.
En sus palabras, "trato de pensar cómo va a ser la ciudad para darle la bienvenida a los autos que en 2026 van a cambiar la movilidad mundial y yo quiero que lleguen acá en 2028, o en 2030. Cómo va a ser Ushuaia en términos de calles". En este contexto, destacó la necesidad de adaptar las ciudades para recibir estos cambios tecnológicos y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
