urante diciembre de 2023, el aumento mensual de la canasta básica total (CBT), que mide la pobreza, fue de 27% y durante 2023 acumuló una suba del 225,1%.
Una canasta básica total, que cubre además de la alimentación, una serie de bienes y servicios, fue valorizada en $160.453 para un adulto de referencia, por lo que una familia tipo para no ser pobre en Argentina necesitó ingresos por $495.798, casi medio millón de pesos
En tanto que el costo de la canasta básica alimentaria (CBA), que mide la indigencia, fue de 30,1% en diciembre, y finalizó el 2023 con un aumento del 258,2%.
Esto significa que la canasta de indigencia aumentó 46,8 puntos porcentuales más que el índice de inflación general durante 2023, un 15% más términos reales. También creció por encima de la inflación de alimentos y bebidas, que fue del 251,3%.
Según la medición del INDEC, una canasta básica alimentaria que marca la línea de indigencia para un adulto costó $77.890, por lo que La línea de indigencia para una familia tipo quedó tras finalizar 2023 en $240.679.
Al compararse estas canastas contra el índice de inflación que se publicó la semana pasada, que en diciembre fue de 25,5%, y en el año de 211,4%, queda de manifiesto que el impacto de los aumentos de precios en los rubros más sensibles pega en los sectores más desprotegidos.
Esto generará que cuando se conozca el índice de pobreza e indigencia con el que finalizó 2023, allá para fines de marzo 2024, los indicadores exteriorizarán que la pobreza y la indigencia han aumentado significativamente en 2023.
