ste día, se hunde el barco ‘Polar Mist’ frente a la costa santacruceña, en viaje hacia Punta Arenas. El siniestro tuvo trascendencia debido a que estaba cargado de oro extraído en Santa Cruz, con una valuación de unos 22 millones de dólares. Securus Logistics era la empresa encargada del transporte, desde hacía poco tiempo antes del siniestro.
El 16 de enero, ante las condiciones reinantes, se había emitido la alerta de emergencia. “El rescate estuvo a cargo de un helicóptero Sea King de la Armada Argentina que levantó a la totalidad de la tripulación (8 personas) desde el agua, porque era riesgoso hacerlo desde el barco que se bamboleaba entre olas” (Agencia Federal de Noticias, 13/12/2010).
El cambio de transportista había desatado una guerra “entre empresas de transporte. Hasta un mes antes del naufragio, el negocio era de ‘Ultramar’ quien tenía el monopolio, pero ‘Securus Logistics’ logro bajar los costos para las mineras, que viven en constante presión, y en poco tiempo consigue romper el monopolio ganando los contratos con dos mineras y la tercera no pudo sumarse dado este inesperado hecho”.
La principal hipótesis de los investigadores era que el cargamento de oro había “sido saboteado y hundido a 80 metros de profundidad por su competidor. Si bien el oro fue rescatado en su totalidad desde el fondo del mar por un operativo internacional millonario pagado por la aseguradora de la carga, el barco quedo en el suelo marino y todos perdieron finalmente los jugosos contratos mineros. A casi dos años del sospechado hundimiento nadie quiere hablar de este acto de piratas”.
Las pericias navales solicitadas por la justicia argentina indicaron “que se trató de un naufragio provocado por la mano del hombre, demostrando impericia y negligencia y no por las inclemencias de la tormenta que lo castigo dos días antes de sumergirse. De ser así entonces Ultramar habría enviado a su remolcador Beagle comandado por el Capitán Silvio Mayorga Vidal a rescatar el valioso cargamento, pero mientras intentaba quedarse con el oro, que estaba bien atesorado en las bodegas del buque carguero Polar Mist, provoca el trágico hundimiento” (op.cit.).
Para entonces, Ultramar agrupaba a unas cincuenta empresas de transporte marítimo y aéreo chileno. En Chile operaba cinco puertos y pretendía ingresar al negocio portuario argentino en una terminal del Puerto de Buenos Aires.
Autor Bernardo Veksler
