n el marco de una asamblea multisectorial el martes pasado, participantes del campo de la salud mental expresaron su inquietud acerca de las modificaciones propuestas en la Ley de Salud Mental. Según uno de los asistentes, el Secretario de Salud Mental de Tierra del Fuego, David De Piero "Fue un encuentro bien amplio donde se desarrolló un informe técnico sobre el impacto que tendrían las modificatorias en la Ley de Salud Mental".
La preocupación principal se centra en las alteraciones propuestas en la internación involuntaria, un aspecto crítico según el documento de trabajo generado en la asamblea. Según profesional, "La ley contempla, en el artículo 20, la internación involuntaria como un mecanismo que tiene que estar sujeto a una evaluación interdisciplinaria", sin embargo, las modificaciones proponen darle más poder al sistema judicial, permitiendo que un juez ordene la internación sin la evaluación médica necesaria.
En este sentido, De Piero señaló que "es como si un juez pudiera determinar que alguien se opere de un trasplante de hígado", enfatizando la gravedad de otorgar decisiones médicas a instancias judiciales. Además, se destaca que la modificación propone dar de alta a una persona de una internación involuntaria no cuando cesa el riesgo, sino cuando cesan las razones de base, un cambio que "entra en franco choque contra la misma ley". Este cambio podría mantener a personas internadas durante períodos más prolongados, especialmente en casos de condiciones crónicas como la esquizofrenia.
Otro punto de preocupación es la posible reapertura de psiquiátricos para internaciones involuntarias, contradiciendo el espíritu de la ley actual, que busca la inclusión de las personas con padecimiento mental en la esfera social. Estas modificaciones, según los participantes, podrían entrar en conflicto con los acuerdos internacionales que la legislación actual respeta y considera. El entrevistado destacó, en este sentido, que "la ley de salud mental 26650 tiene el espíritu de proveer los derechos a las personas con padecimiento mental para que puedan ser incluidas en la esfera social".
En cuanto al proceso de elaboración de la Ley de Salud Mental, hizo hincapié en las diferencias entre la ley original y las modificaciones propuestas. Al respecto, expresó su preocupación diciendo que "hasta ahora, las voces que escuché son muy pocas", destacando la falta de participación y discusión en la creación de las modificaciones.
