ste día, se lleva a cabo el primer vuelo de una aeronave argentina sobre el territorio antártico. Su concreción se realiza con los primitivos medios técnicos de los que se disponía en ese entonces. Por esa razón, la operación requirió del ingenio y la audacia de los tripulantes del hidroavión ‘Stearman’ biplano para poder superar esas limitaciones. La hazaña fue consumada por el teniente de navío Eduardo Lanusse y el cabo principal aeronáutico Eric Bolmquist, quien se desempeñaba como mecánico.
La aeronave contaba con un solo motor, se le habían instalado flotadores, y tenía la cabina abierta. Los tripulantes sólo contaban con la protección de un pequeño parabrisas y no disponían de calefacción.
Había sido trasladado hacia el sur en el transporte ‘1º de Mayo’, haciendo escala en Ushuaia y luego prosiguiendo hacía el archipiélago de las Shetland del Sur.
Una vez arribado a la zona, se necesitó realizar una delicada maniobra para bajar del barco al hidroavión y depositarlo en el mar. La acción “presentó grandes dificultades. Fue necesario esperar que el mar estuviera en calma, elevar la máquina con la pluma del guinche y evitar que el balanceo del buque o una ráfaga de viento lo golpeara contra el casco. Cuando estuvo sobre el mar el avión fue recibido por una lancha de apoyo y se puso en marcha el motor para iniciar el deslizamiento” (Diario Clarín, 7/2/2000).
Después de decolar, la aeronave se dirigió hacia el sur hasta llegar a la isla Decepción y sobrevolarla. Luego continuó con su misión de “hacer vuelos de observación sobre los mares y hielos antárticos, lo cual era toda una aventura”.
El viaje pudo efectuarse sin inconvenientes y los tripulantes pudieron tomar abundantes fotografías e hicieron un relevamiento visual buscando rutas posibles para el buque ‘1° de Mayo’ entre los hielos de la Antártida. No obstante, las operaciones de despegue y amarizaje debieron ser ejecutadas con mucha precaución, por las dificultades que proponían el oleaje y el viento.
Este primer vuelo de un avión argentino sobre el continente blanco, fue replicado en varias ocasiones por Lanusse y Blomquist. Ese mismo año y en la campaña antártica del año siguiente sobrevolaron la bahía Margarita y las islas Decepción y Melchior. También colaboraron en la instalación del primer faro antártico en la isla Lambda, que fue rebautizada 1° de Mayo.
