lrededor de esta fecha, fallece en Ushuaia Alfredo Rupatini, descendiente de nativos selk’nam, que trascendió por haber sido uno de los entrevistados por Ana Montes y Anne Chapman, en 1968, para la película “Los Onas. Vida y muerte en Tierra del Fuego”.
Rupatini se manifestó un defensor de los derechos de los nativos y censuró las iniciativas que se organizaban desde el poder para la “rehabilitación de la raza indígena”. Sostenía que “para nosotros es una vergüenza, porque yo he tratado con personas que estudian ese proyecto y veo que eso es para vivir a nombre del indígena y ganarse unos pesos en comisiones y todas esas cosas, y tratar de engrupir más a los indígenas”, mientras pasan los años, “carta va y carta viene; comisión va, comisión viene y nunca nada. Al contrario les van quitando los campos…”
En otro tramo del film relató su situación personal: “Y obligado tengo que estar en Río Grande. Por razones de salud tengo que estar acá. Estoy en un tratamiento largo (enfermo de tuberculosis) y no, esto no, no anda acá. Es muy cansador. El invierno por su intenso frío y es la costumbre de uno de vivir en el monte, vivir sin ruido, sin nada... Uno no está acostumbrado, como por ejemplo yo nací en zona de bosque (por el lago Fagnano) y nací y crecí en zona de bosque. Ah, el mar es divino el mar sí. El mar, los ríos son preciosos acá…”
Su padre fue Santiago Rupatini –quien estaba casado con Rafaela Ishton–, que era conocido por ser uno de los primeros nativos que se adaptó a la vida de ganadero. A pesar de haber pasado por la misión salesiana, era analfabeto; sin embargo, se distinguió por ser una persona con un gran afán por aprender. Un testimonio publicado por Oscar Domingo Gutiérrez (Los Selk’nam, ausencias y presencias) dio cuenta de la forma en que adquirió Rupatini padre el gran conocimiento que demostraba tener: “se sentaba junto a su receptor a escuchar noticias nacionales e internacionales, informes, comentarios de toda índole, música, etc. Y toda la gama cultural que se trasmitía por las emisoras de las grandes urbes a través de las ondas hertzianas, y así adquirió una vasta cultura que hacía dudar que fuera persona analfabeta”.
