laro que puede tenerse consideración ante un imprevisto. Es deseable que la comunidad sea receptiva ante determinadas situaciones. Lo que resulta difícil de digerir es la falta de capacidad para gerenciar las crisis. Y sin duda, la situación imperante pone de manifiesto la incapacidad de quienes tienen la responsabilidad de conducir la DPE. Cortes de energía, sin aviso alguno, con más de 5 horas de duración hablan a las claras y dan lugar a aseverar que lo que falta en la conducción son, precisamente, luces.
Vivimos en la era de las comunicaciones, así que no pareciera tan difícil informar con precisión, no ya anticipando el evento, pero sí estableciendo un margen mínimo de previsibilidad.
Vivimos en la era de los sistemas, por lo que no pareciera tan difícil establecer un esquema más inteligente en la rotación y duración de los cortes. Pero bueno, no se le pueden pedir luces al olmo, perdón, eran peras.
