s fascinante observar el impecable trabajo de nuestros heroicos funcionarios públicos, esos valientes guerreros que dedican su tiempo y esfuerzo a inspeccionar únicamente actividades que ya están perfectamente habilitadas y son totalmente legales.
Es como si estuvieran cazando en un zoológico, demostrando una destreza incomparable al atrapar a esos astutos leones encerrados tras rejas.
Bajo su atenta mirada, logran confirmar que los restaurantes con licencia en realidad sirven comida y que los vehículos habilitados trasladan pasajeros. Su habilidad para detectar lo obvio es realmente asombrosa.
Pero, ¿quién necesita a alguien que detecte actividades irregulares o confronte problemas reales? Aplaudamos su valiente labor en el cómico arte de lo inútil.