ecientemente, declaraciones efectuadas por el titular del grupo Newsan, Rubén Cherñajovsky, sobre un proyecto para desarrollar la salmonicultura en Ushuaia, generaron polémica debido a la prohibición que rige para generar criaderos en el canal Beagle.
El biólogo y especialista del CONICET, Gustavo Lovrich, habló de la viabilidad de desarrollar la salmonicultura en Tierra del Fuego en un lugar no sea el Beagle.
“Si se pueden criar animales que viven en aguas frías en Dubai o en la península de Florida, cerca de Miami, se puede también en los lugares donde hay aguas frías, eso es evidente. Afortunadamente hay una práctica que está investigada y probada hace ya casi 20 años que son estos sistemas de recirculación cerrados de acuicultura que permiten tener el sistema completamente controlado”, manifestó.
Explicó que se utilizan piletones, que se instalan en tierra, que utilizan agua se recircula por diferentes tipos de filtros de manera que el agua vuelve purificada a la pileta donde están los animales y los desechos, los nutrientes que generan los animales, se pueden reutilizar para otras actividades como por ejemplo riego.
Subrayó que “como todas las actividades que están relacionadas con la naturaleza se necesita un control adecuado porque todos los empresarios, los políticos que hablan de la naturaleza como una fuente inacabable de riquezas se equivocan desde el punto de vista formal y filosófico donde todo tiene un límite y esos límites los dan los controles”. Agregó que “los controles también significan legislación adecuada. Una ley de acuicultura muy general, una ley de pesca muy general como tiene Tierra del Fuego es un paraguas. Se necesitan leyes específicas para actividades nuevas y específicas que van surgiendo”.
El biólogo evaluó que “lo que está pasando en el mundo es que estos sistemas de recirculación cerrados son cada vez más frecuentes. Los costos de instalación son más o menos los mismos que instalar jaulas en el mar nada más que tienen una limitación de producción porque el espacio físico es limitante. En el mar se ponen jaulas que tienen 30 metros de alto y es difícil tener piletones de 30 metros de profundidad en tierra pero así y todo lo que está previsto para los próximos años es que aproximadamente un 20 por ciento de la producción mundial de salmón sea de este sistema de recirculación cerrado que, además, la ventaja que tienen es que es un producto Premium y mucho mejor que el de cultivo en el mar y que está siendo cada vez más preferido”.
Consultado sobre si el impacto de la salmonicultura es menos dañino en Noruega que en Chile, Lovrich expresó que “el impacto es más o menos el mismo. Todo depende de la escala y del grado de intensidad del cultivo, la cantidad de animales que se ponen adentro de una jaula o la cantidad de jaula que se ponen en un fiordo. Eso es lo que tiene regulado Noruega a diferencia de Chile que tiene regulaciones pero son permeables”.
“Una de las cosas que pasa y ha pasado en Chile es que las mismas empresas son las que arman la legislación. Lo que tenemos que hacer es prever esto y el mismo Estado, y cuando hablo de Estado no hablo de Gobierno, habló de todos nosotros, debemos estar presentes a la hora del armado de estas leyes. Después la norma o la legislación termina en manos de gente que por ahí no entiende demasiado y termina siendo permeable a las malas prácticas”, remarcó.
“Por supuesto que la actividad es perfectamente factible en tanto y en cuanto no se haga en el ambiente natural”, concluyó.
