mpecemos con Al borde del abismo (Find me falling); dirigida por Stelana Kliris, nos cuenta la historia de John (Harry Connick Jr), un músico de rock que tras un fracaso en ventas de su último disco, decide irse a vivir a Chipre a una casa al lado de un acantilado. Este accidente natural atrae a varias personas pero sobre todo a Sia (Agni Scott), antigua pareja de John. Esta comedia romántica tiene una historia sencilla y directa: una vieja historia de amor – y secretos – que se reanuda entre los protagonistas en un lugar idílico como lo es Chipre. Este país es un personaje más del film, tal es así que, principalmente en la primera mitad, parece que estamos viendo un anuncio promocional de una agencia de turismo para visitar las playas y caminar por las callecitas chipriotas.
Plagada de música tanto melódica como alguna que otra canción que parece pertenecer al folklore del país, no es una película memorable, si no que podría categorizarse como “pasatista” dado lo poco que sucede en ella. A su vez, puede decirse que todo es correcto: los personajes son correctos, siendo el de Melina (Ali Fumiko Whitney) el más notable debido a su frescura y la bella voz de la actriz, a nivel técnico es correcta para mostrarnos los paisajes espectaculares de Chipre y la resolución de la película también es correcta, pero no me explayaré para no entrar en spoilers.
Disponible en Netflix, Al borde del abismo es la película más popular a nivel nacional de la plataforma.
La otra película que tengo para comentarte es Deadpool y Wolverine, dirigida por Shawn Levy y protagonizada por Ryan Reynolds y Hugh Jackman. En esta tercera entrega de la saga Deadpool, nuestro personaje principal debe salvar al mundo de un deterioro en su línea temporal, para esto tiene que encontrar a Wolverine y traerlo de vuelta para luchar contra un enemigo en común.
La película tiene de todo: multiversos, acción, chistes subidos de tono, comedia física, complicidad con los espectadores, violencia y hasta toques dramáticos. Si bien cuando vamos a ver Deadpool sabemos perfectamente a qué tipo de película nos vamos a enfrentar, no deja de ser un film y un personaje frescos dado el grado de actualidad que varios de sus chistes tienen: el movimiento “woke” (o “progre” como lo llamamos en nuestro país), la compra de Fox en manos de Disney, los personajes de películas de Marvel que cayeron en el olvido y un sinfín de otros temas que seguro se me escapan, son algunos con los que el personaje bromea directamente con nosotros: los espectadores.
Hay quienes le achacan a la película ser la “salvadora de Marvel”, un título con una responsabilidad muy grande para un film que forma parte de un universo vasto que, últimamente, estaba entrando en desgracia. Personalmente no creo, y tampoco espero, que sea la salvadora, ya que eso implicaría que otras películas venideras adopten el tono tan original de Deadpool (siendo la receta que “funciona”) y Deadpool es sólo Deadpool.
Disponible sólo en cines. La película es apta para mayores de 18 años, dado el lenguaje fuerte y las escenas de violencia. Más allá de esto, la cinta es muy recomendable para aprovechar una escapada al cine.
