as declaraciones de la canciller Diana Mondino son profundamente desafortunadas. Al referirse a la disputa de soberanía con el Reino Unido sobre las Malvinas, sus palabras “somos los legítimos dueños y ellos son inquilinos” denotan una falta de comprensión sobre el derecho de legítima ocupación. Los inquilinos son ocupantes legales, y simplificar el colonialismo en este contexto es insultante y simplista.
Además, sugerir que "la agresividad con nosotros se terminó" revela una postura de debilidad en la defensa de nuestros intereses. Este tema requiere diplomacia y firmeza, no declaraciones imprudentes que desvirtúan la seriedad del conflicto.