a ciudad de Ushuaia, con su encanto inigualable como "el fin del mundo", se encuentra en una situación crítica que requiere decisiones estratégicas y bien planificadas. El turismo, pilar esencial del desarrollo local, debe gestionarse de manera que no solo beneficie a los visitantes, sino que también mejore la calidad de vida de los residentes. Para lograrlo, es fundamental que las inversiones turísticas incluyan un porcentaje destinado al fortalecimiento de los servicios públicos y a la mejora de infraestructuras clave, como, por ejemplo, la construcción de una terminal de colectivos y una terminal de pasajeros para cruceros antárticos y catamaranes.
Actualmente, Ushuaia no cuenta con la planificación a largo plazo necesaria para manejar adecuadamente el crecimiento del turismo. Como se sabe, se carece de un observatorio tanto a nivel municipal como provincial que evalúe de forma continua el impacto y las necesidades del sector. La recolección de datos básicos sobre el flujo de turistas, su gasto y permanencia es solo una parte de la solución. De allí que, es indispensable proyectar cómo el turismo afecta a nuestros recursos y servicios, y ajustar nuestras infraestructuras en consecuencia.
Las inversiones privadas en el sector turístico no deben verse en aislamiento. Los nuevos hoteles, edificios de departamentos de alquiler temporal, cabañas y restaurantes que se construyen necesitan energía, agua y otros servicios básicos, cuya demanda crece sin que la capacidad de suministro se expanda al mismo ritmo. Esto ya ha causado problemas de suministro eléctrico y puede llevar a otros inconvenientes si no se actúa con previsión. Por ello, es imperativo que una parte de las inversiones del sector turístico esté destinada a fortalecer los servicios públicos que todos dependemos.
El ejemplo del Infuetur, con su "Cuenta Satélite de Turismo provincial" para analizar el impacto económico del turismo en la provincia y en Ushuaia, es un avance positivo. Sin embargo, este tipo de iniciativas deben ampliarse y hacerse permanentes. Un plan de desarrollo turístico sólo será efectivo si incluye el compromiso de los inversores privados de destinar un porcentaje de sus recursos al fortalecimiento de la infraestructura pública.
A estas alturas, ya resulta inevitable que la construcción y mantenimiento de infraestructuras fundamentales, como una terminal de colectivos y la de cruceros y catamaranes, deben ser solventadas por el sector privado. Estos son elementos cruciales para el funcionamiento fluido del turismo y para garantizar una experiencia positiva tanto para los viajeros como para los residentes. Sin estas inversiones, corremos el riesgo de que el turismo, en lugar de ser una bendición, se convierta en una fuente de problemas y deterioro para la ciudad.
El Estado, por su parte, debe establecer marcos regulatorios claros que obliguen a los inversores turísticos a contribuir al desarrollo de la infraestructura y los servicios públicos. Esta colaboración entre el sector público y el privado es esencial para asegurar que el crecimiento del turismo beneficie a todos por igual y sea sostenible a largo plazo.
Ushuaia debe tomar como ejemplo otras ciudades turísticas que han logrado prosperar gracias a una planificación detallada y a la colaboración entre todos los actores involucrados. La capacidad de carga de nuestra ciudad no ha sido completamente determinada, y sin una regulación adecuada, el aumento del turismo puede llevarnos a enfrentar problemas similares a los que experimentamos con la primera oleada industrial bajo la ley 19.640.
Debe asumirse que la prosperidad del turismo en Ushuaia debe estar basada en una visión conjunta de futuro, donde el sector privado asuma su cuota de responsabilidad en el fortalecimiento de los servicios públicos y en la construcción de infraestructuras clave. Sólo así podremos garantizar que Ushuaia continúe siendo un destino atractivo y sostenible, protegido por una comunidad cuya calidad de vida no se vea comprometida.
El momento de actuar es ahora, con determinación y previsión, para asegurar un futuro brillante y equilibrado para todos.