omo ya es costumbre en esta columna, la primera que te voy a comentar la podés ir a ver a las salas de cine y es Parpadea dos veces (Blink twice). Esta comedia negra está protagonizada por Naomi Ackie, Channing Tatum y Adria Arjona. En ella una camarera (Ackie) viaja a una isla paradisíaca con un magnate tecnológico (Tatum) y todo funciona de maravillas pero nada es lo que parece.
Parpadea dos veces podría pertenecer al cánon de películas de M. Night Shyamalan (El sexto sentido, Señales) dado el giro inesperado que toma en su último acto pero no es el caso. En esta cinta, dirigida por Zoë Kravitz, sentimos todo el tiempo que algo raro pasa, como nos anuncia nuestra protagonista casi como una premoción: algo malo tiene que pasar… y ¡pasa!, pero tranquilo, que no te voy a spoilear nada. La película, hasta ese giro, funciona bien: agradable fotografía, hermoso paisaje, buena protagonista (me quedo con ella, dado que a Channing Tatum me cuesta verlo como un personaje misterioso y egocéntrico teniendo en cuenta sus papeles anteriores en los que desborda carisma). Sin embargo, al llegar al tercer acto, la película cambia su tono y se vuelve de acción y con un mensaje feminista muy fácil de leer. Tan fácil de leer que los personajes lo expresan en voz alta. Una lástima, ya que en algunos momentos la película es muy sutil pero en otros derrapa, quedando demostrado en el final.
La otra película que tengo para comentarte es El misterio de Soho (Last night in Soho, 2021). En ella seguimos a Eloise (interpretada por Thomasin McKenzie) una joven estudiante de moda y fan del Londres de los años ’60. Ellie, a través de sus sueños, ve a una aspirante a cantante, Sandie (Anya Taylor Joy) y a su amante y eventual manager Jack (Matt Smith).
El límite entre lo real y los sueños se diluyen en esta película dirigida por Edgar Wright. Nuestra heroína Eloise tiene visiones de y relacionadas a Sandie, afectando así su vida cotidiana y sus relaciones. Al principio, vemos un film que parece cumplir el sueño de nuestra protagonista: cada vez que se va a dormir se transporta a su tan adorada Londres en la década del ’60, sin embargo este sueño se convierte, con el correr de las noches, en una pesadilla cada vez más real y más oscura.
Técnicamente, la película es exquisita. Se evidencia un gran trabajo con la ambientación de la década, desde el vestuario, pasando por el maquillaje, hasta los autos que circulan por la ciudad. Thomasin McKenzie convence como la joven soñadora (en todos sus sentidos), pero quien se lleva todos los laureles es Matt Smith en la piel de Jack, un personaje oscuro pero encantador. A su vez, fotográficamente, El misterio de Soho, deslumbra. Las imágenes oníricas y pesadillescas están colmadas de color. Sobre el final, puede decirse que se convierte en una película de terror: siluetas que siguen y desesperan a nuestra protagonista que la llevan al límite de cuestionarse su propia cordura, hacen de ella un film que te mantiene atrapado de principio a fin.
El misterio de Soho está para que la disfrutes en Netflix.
