ierra del Fuego enfrenta nuevamente su vulnerabilidad geográfica con el anuncio de un paro de pilotos que afectará a miles de pasajeros. En una provincia aerodependiente, el impacto es particularmente grave, dejando a sus residentes sin conexiones vitales al continente.
Hoy, viernes, comenzará una medida de fuerza en Aerolíneas Argentinas que amenaza con cancelar hasta 270 vuelos, impactando a más de 28.000 pasajeros en todo el país, incluidas las rutas cruciales hacia y desde Tierra del Fuego. La huelga, que se extenderá hasta el mediodía del sábado, es parte de un prolongado conflicto entre los gremios de pilotos y el Gobierno, que ha respondido con multas y descuentos a los trabajadores de la aerolínea estatal.
Para los habitantes y visitantes de Ushuaia, la interrupción del servicio aéreo no es solo un inconveniente; es una seria obstrucción al desarrollo local basado en el turismo local e internacional. Sin dudas, el impacto económico es considerable, afectando a la prestación de servicios y a las actividades comerciales que dependen del tráfico aéreo constante.
Aerolíneas Argentinas ha ofrecido cambios de pasaje sin costo para los afectados, pero este tipo de soluciones a menudo resultan insuficientes en una provincia donde las alternativas de transporte son escasas.
Mientras tanto, la tensión sigue escalando. Los sindicatos, liderados por Pablo Biró de APLA, acusan al Gobierno de intentar desmantelar sus derechos laborales y presionar hacia una privatización encubierta de la aerolínea. Por su parte, Aerolíneas Argentinas planea llevar el conflicto a los tribunales, buscando remover a los líderes sindicales de sus cargos.
A diferencia de otras provincias del país, Tierra del Fuego aguarda el desenlace, enfrentando otra jornada de vulnerabilidad impuesta por la dependencia de sus conexiones aéreas.