l Doctor en Biología Gustavo Lovrich habló de la situación de los recursos pesqueros en Tierra del Fuego, específicamente en lo que refiere a la centolla.
Indicó que los últimos datos fehacientes vinculados a la explotación de este recurso datan de 2016 y en ese momento la situación del recurso no era auspiciosa. “La buena noticia es que la Secretaría de Pesca está recabando datos”, añadió.
De acuerdo a lo informado por el especialista este año se llevó adelante un relevamiento en lanchas pesqueras y hay datos. No obstante, remarcó que aún no se han difundido desde el organismo. “No puedo hablar de esos datos por una cuestión de confidencialidad con la Secretaría de Pesca”, señaló.
Lovrich comentó que afuera del canal Beagle hay capturas que se realizan en aguas de jurisdicción nacional, entre la milla 12y la milla 200, en todo el frente de la costa atlántica y también en el norte de isla de los Estados. “Ahí las capturas son modestas para una pesquería industrial pero también es una pesquería que está acotada en el tiempo en un momento del año por unos pocos meses y eso se está monitoreando junto con el INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero)”, expuso y subrayó que “ahí el recursos está mucho más saludable de lo que está acá”.
En su análisis comparativo se fue al norte de la Patagonia y mencionó que la pesquería en el golfo San Jorge y fuera de él, se encuentra en mejor estado poblacional que la del canal Beagle. Esto se ve en los parámetros que se toman habitualmente y que realiza el iNIDEP a través de los observadores a bordo, con observación y toma de datos permanente. “Eso hace que las decisiones que se tomen se puedan tomar rápidamente y decidir acotar la pesca”, remarcó y añadió que “en Tierra del Fuego, en la pesca del canal Beagle, eso tiene un inicio este año y vamos a ver cómo se desarrolla”.
En torno al elevado precio de la centolla en el mercado local, teniendo en cuenta que el kilo rondaría los 100 mil pesos, Lovich expuso que cuando un recurso es escaso se encarece. “Puede ser que se encarezca porque el recurso a nivel mundial, el recurso cangrejo grande, Centolla de Alaska, Cangrejo de las Nieves, también tienen variaciones en la pesca y cuando también son escasos el precio a nivel mundial aumenta. Una de las cosas que ha pasado en los últimos diez o quince años es que el precio de la centolla se duplicó en el mundo, eso hace que los precios también vayan para arriba. Si a eso se le suman los vaivenes económicos propios de la Argentina, más los costos que en dólares también aumentan, a mí no me sorprende que el costo de un recurso tan escaso y tan demandado sea tan alto”, evaluó.
El especialista también se refirió a las dos plantas procesadoras de crustáceos existentes en Ushuaia y a la viabilidad de que trabajen en forma simultánea. “Tenemos poca cultura de comer pescado y tampoco esperamos pescado fresco o marisco fresco. Si nosotros supiéramos que existen dos plantas y si supiéramos que una de las plantas ofrece el producto de una manera más o menos previsible, quizás nosotros cambiaríamos como consumidores nuestra forma de comprar y consumir pescado y mariscos. Las plantas lo que le dan al sistema es trazabilidad y seguridad alimentaria y las plantas son siempre bienvenidas. El tema es que si las plantas van a vivir solamente de la pesca de un recurso va a ser un problema”, analizó. En este aspecto consideró importante la diversificación orientada al pescado ya que “no hay pescado fresco más que el róbalo que a veces viene de Río Grande y el pejerrey en el verano”.
Por último, expresó que para que las plantas funcionen debe haber oferta y demanda. Consideró que si tenemos oferta de pescado fresco y los consumidores van a comprarlo el circuito se activará y funcionará eficientemente y en ese caso vamos a poder justificar la existencia de dos plantas procesadoras.