ste día, se difunde una investigación que encontró vínculos entre los antiguos habitantes de la isla de Pascua (Rapa Nui) y nativos americanos.
“Vivían en un remoto punto en el medio del océano Pacífico, a 3.700 kilómetros al oeste de América del Sur y 1.770 de la isla más cercana, en donde levantaron enormes figuras de piedra que aún se alzan enigmáticamente desde las colinas” (Agencia Reuters).
No obstante, ese grado de aislamiento, no impidió que, los antiguos polinesios de Rapa Nui, establecieran contacto con pobladores de costas lejanas.
Estas conclusiones fueron publicadas por científicos que realizaron un estudio genético, aparecido -unos días antes- en la publicación Current Biology.
La cultura Rapa Nui prosperó alrededor del 1200 y comenzó a declinar en el Siglo XVI, cuando el exceso de explotación de sus bosques para la construcción de navíos, produjo una profunda crisis de su economía.
El estudio mencionado obtuvo “información genética de 27 nativos de la Isla de Pascua” que indicó que hubo “un cruce genético entre habitantes de Rapa Nui y pueblos de América del Sur entre los años 1300 y 1500”.
La evidencia genética indica que o los Rapa Nui viajaban a América del Sur o que nativos del continente se aventuraban hacia la Isla de Pascua.
"Parece ser más posible que ellos viajaran desde Rapa Nui a América del Sur y llevaran sudamericanos a Rapa Nui y se mezclaran con ellos", dijo Mark Stoneking, del Instituto de Evolución Antropológica Max Planck en Alemania, que colaboró en un estudio relacionado de los indígenas Botocudo de Brasil.
Los investigadores concluyeron que la mezcla de razas ocurrió hace entre 19 y 23 generaciones atrás.
Un segundo estudio, también publicado en Current Biology, ilustra otro caso de polinesios aventurándose hacia América del Sur.
Dos cráneos humanos antiguos de los indígenas Botocudo, conocidos por los discos grandes de madera que usan en labios y orejas, pertenecían a habitantes genéticamente polinesios, sin rastros detectables de nativos americanos.
Las conclusiones sugieren que estos polinesios llegaron a América del Sur y siguieron su ruta hasta Brasil, ya sea por la costa oeste del continente y hasta el interior viajando por el extremo sur de Tierra del Fuego y subiendo por la costa este, dijo Stoneking.
"En cualquier caso, es una historia asombrosa", comentó (op.cit.).