omo saben, está columna no descansa. Después de nuestra publicación del lunes seguimos buscándole la vuelta y encontramos la solución a los colectivos de gran porte en el centro de la ciudad: Si prohibirlos parece una idea demasiado extrema, ¿por qué no optar por la solución más obvia y conveniente? Ampliemos las calles y las esquinas, derribemos algunas edificaciones, y ensanchemos la ciudad entera para que los propietarios de estos colosos del asfalto puedan disfrutar de su paseo diario sin estrés alguno.
Al final de cuentas, el refrán dice que "Si no puedes contra ellos, úneteles".
