ldquo;Las caras son expresivas e inteligentes, con particularidad los varones y parecen estar muy satisfechos, declarando que Buenos Aires les gusta más que Tierra del Fuego, porque aquí hay muchas casas y caballos y la gente anda vestida”, esta descripción fue publicada en la edición de este día del diario La Nación, como parte de la cobertura realizada por el medio de la Exposición Nacional de Industria, Comercio y Ganadería, desarrollada en la Plaza San Martín, donde participaba una delegación de nativos fueguinos.
El gobernador Pedro Godoy había cumplimentado el pedido de los organizadores, eligiendo a un grupo de selknam con la asistencia de Lucas Bridges. Los escogidos fueron “el joven Kiyotimink y su mujer Halchic”. El muchacho, “aunque era serio y reservado, dio muestras de orgullo al ser seleccionado con su compañera para el viaje, y se dispuso a embarcar con su tienda de piel de guanaco, sus arcos, flechas, perros y enseres”. También integraron la delegación fueguina Kohpén, Keélu y Haáru (madre y hermanos menores de Kiyotimink), Manuel y su esposa que dio a luz a una niña en el transcurso de la exposición (Norma Sosa. Revista Todo es Historia N° 498. Enero de 2009).
El grupo despertó mucho interés en los visitantes porteños, sobre todo, por “una escenografía enriquecida con plantas, todos sus utensilios de caza y muy especialmente por sus perros. ‘La Nación’ lo reflejó así: “Sus caras pintadas, sus rústicos abrigos de pieles, su habla pintoresca, todo lo que es su manera de vivir, será motivo de atención y estudio para nosotros, y más de un observador encontrará curioso contraste entre visitante y visitados, todos compatriotas, aunque tan poco parecidos”.
El diario describió así al grupo: “Los matrimonios son jóvenes; los varones tendrán uno 18 y otro 22 años, llamado este último Manuel, que entre todos es el único que entiende algo de castellano. La edad de las mujeres se ha calculado en 20 años la mayor y 16 la menor. Uno de los niños tendrá 8 años y el segundo seis meses, pero su tamaño es igual al de un niño robusto de 3 años”.
La organización de esta muestra antropológica “estuvo a cargo de ‘la Sección Feminista de la Exposición’ liderada por Teodelina Alvear de Lezica, quien juzgó que la incorporación de indígenas con sus armas, utensilios, chozas y perros, sería una estampa divertida” (op.cit.).
