Athina, la esgrimista fueguina campeona nacional que sueña con las Olimpiadas
Una carrera marcada por el esfuerzo y la dedicación

Athina, la esgrimista fueguina campeona nacional que sueña con las Olimpiadas

Athina González Ciavarella tiene 24 años y a los 8 empezó a practicar esgrima en Tierra del Fuego. Hoy, está primera en el ranking nacional en florete. Radicada en Buenos Aires, en una entrevista exclusiva, nos habló de los comienzos de su carrera y de la evolución que tuvo. Además, evaluó cómo está la disciplina en Argentina en comparación con equipos europeos y de América Latina con quienes reconoció que las diferencias son abismales. También nos contó cuáles son sus próximas metas deportivas.
13/11/2024
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thina González Ciavarella, es una joven esgrimista de 24 años de edad que actualmente encabeza el ranking argentino. En una charla exclusiva, nos dio detalles de su carrera y también evaluó la realidad del esgrima a nivel nacional.

Athina se mudó a Ushuaia con su familia cuando tenía cinco años y empezó a practicar esgrima a los ocho y desde ese momento nunca dejó de entrenar.

Recordó cómo empezó su relación con el esgrima. Un día fue al Parque Nacional con su padre y empezó a jugar con un cuchillo en un árbol. Su papá le dijo que se parecía al Zorro y a partir de ahí empezó a tomar clases.

Había intentado con el ballet, con el tenis y con esquí. Aunque este último le gustaba mucho, de ninguno se enamoró como del esgrima.

Comenzó a practicar Esgrima en el Polideportivo Municipal. Hasta los quince años vivió en Tierra del Fuego ya que por cuestiones vinculadas al deporte tuvo que pasar la mayor parte del tiempo en Buenos Aires.

Se conformó un equipo de esgrima, conducido por Eric Varas  y tanto los entrenamientos como las competencias requerían que estuviera más tiempo en el norte del país.

Estudió en el Colegio Monseñor Aleman pero tuvo que pasarse a un colegio virtual para poder entrenar sin tener que dejar de estudiar.

Athina contó cómo era entrenar en Ushuaia en aquel momento. Había poca gente que practicaba la disciplina y por ende estaba más aislada. No obstante, destacó que el haber empezado esgrima en el Fin del Mundo le dio oportunidades que quizás no hubiera tenido en otro lado. “Yo me nutrí desde muy chica yendo a competencias y eso está buenísimo porque era muy chiquita y mis papás me llevaban a torneos en Punta Arenas, en ese momento había torneos interpagatónicos, de los cuales participaba gente de toda la Argentina, de Chile y Uruguay. Me nutrí desde muy chiquita en competencia y empezar allá está buenísimo, es un deporte excelente para hacer en Ushuaia”, expresó.

En un momento se hizo necesario ir a Buenos Aires por cantidad de tiradores y de nivel. “Siempre me gustó mucho el deporte, siempre me sentí muy cómoda compitiendo y siempre supe que era lo que quería hacer”, manifestó.

En cuanto a la individualidad del deporte, comentó que no es tan individual. “Tengo una relación super cercana con mi entrenador y para mí somos un equipo. En el momento que estás compitiendo estás vos sola pero hay mucha gente por atrás. Además el esgrima tiene su parte por equipos”, dijo.

Por otro lado, la joven evaluó la realidad del esgrima en el país. Reconoció que es muy grande la brecha entre esgrimistas de Argentina y esgrimistas europeos ya que en toda Europa y también en  Estados Unidos, los deportistas tienen la posibilidad de vivir del esgrima. “Les pagan una beca muy alta, estar en los equipos nacionales de esos países es muy sacrificado y ellos tienen la posibilidad de dedicarse completamente al esgrima. En cambio en Argentina y en Sudamérica es muy difícil eso, creo que nadie lo puede hacer”, admitió e indicó que incluso Argentina está peor posicionada que otros países de Sudamérica. En este sentido mencionó que países como Brasil y Chile hicieron una inversión muy grande y tienen becas muy altas en comparación con las que se otorgan en Argentina. Además, esos países realizaron una inversión muy grande en infraestructura y equipamiento. “Muchos de los países de Latinoamérica, como Chile, llevaron un entrenador italiano y además hacen giras cuatro veces al año. Se van cuatro meses a Europa, compiten, que es lo más importante  y se nutren de otros esgrimistas. Colombia, lo que hizo, fue mudar todo su equipo nacional a París, entonces viven todos en París, entrenan en Europa. Se nota mucho, a la hora de tirar, esa diferencia. Es terrible la diferencia abismal que hay. En un momento los países de Latinoamérica estábamos muy a la par y a partir de estas inversiones que hicieron países como Chile, Brasil y Colombia, se fueron para arriba y se nota muchísimo la diferencia”, comparó.

A pesar de la poca inversión que hay a nivel nacional, Athina consideró que el esgrima es un deporte completamente ideal para practicar en la capital fueguina, tanto para entrenar en verano como en invierno. “Es un deporte super atractivo que implica todo el cuerpo, implica mucho la cabeza, es super completo y para mí es un deporte ideal para Ushuaia”, resaltó.

En lo personal, cree que no hubiera empezado a practicar esgrima si hubiese estado en Buenos Aires y estimó que fue una situación super casual que se dio en el Parque Nacional Tierra del Fuego, además de que está en Ushuaia le dio un montón de oportunidades. 

Consultada sobre el apoyo institucional que se le brinda a esta disciplina, comentó que en su caso hubo un momento en el cual se le brindó mucho apoyo desde el Estado y eso le sirvió un montón para su carrera. “Es muy importante para los esgrimistas poder competir y salir del país porque es  mucha la diferencia que hay con otros países, entonces para mí ese apoyo, en ese momento determinado, un poco rinde sus frutos ahora”, mencionó. En aquel momento tenía una beca de la provincia y también la acompañaron un montón con pasajes para poder tener giras.

 

Sin embargo, señaló que después ese apoyo se terminó y remarcó que si no tuviera el acompañamiento de su entorno familiar, no podría estar dedicándose al deporte. “Tuve la suerte que mi familia desde que era muy chica me apoyó sin dudarlo siempre, pero hoy no podría sin ellos ni loca”, enfatizó y dijo que en un 85 por ciento su carrera deportiva se sostiene con el acompañamiento familiar. “El año pasado en la gira de preparación para el preolímpico me pagaron solo el pasaje y una copa del mundo que es un montón pero yo me tuve que pagar los dos meses de estadía, el club que me sale 300 euros por mes, las clases con los maestros, alojamiento, comida, traslados. Entonces es muy importante el apoyo de mi familia. Sin ellos no podría hacerlo”, ejemplificó.

Finalmente, la joven esgrimista hizo referencia a sus próximas metas. Entre ellas destaca la preparación para los Juegos Olímpicos que se realizarán en Estados Unidos en el año 2028.

Si bien este año tuvo la posibilidad de representar a la Argentina en el preolímpico, al cual accedía una sola deportista por país, por arma, no tuvo la suerte de clasificar. “Es un torneo muy chiquito y solamente hay una plaza. Fue muy sacrificado llegar hasta ahí, la verdad es que me costó muchísimo”, expuso. Explicó que hay dos formas de clasificar para las Olimpiadas ya que hay una sola plaza para toda América. La primera forma es a través del ranking mundial que en general es dominado por estadounidenses y canadienses y después están los preolímpicos que tienen una sola plata para el resto de los países que no clasifican por ranking mundial.

“Queda empezar este nuevo ciclo olímpico, tengo el Panamericano el año que viene. Es muy importante porque da muchos puntos para el ranking mundial. Ese es el objetivo para el año que viene. También está el Sudamericano y mantenerme primera en el ranking nacional”, concluyó. 

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