ste día, la expedición comandada por Roald Amundsen se enfrenta con un obstáculo inesperado: una cadena montañosa, y no cuenta con los elementos necesarios para poder atravesarla porque habían sido desechados. Este momento crítico del aventurero noruego, que pretendía alcanzar el Polo Sur, fue recreado por el sitio web ‘conamundsenalpolo’, que relató intimidades de la misión día por día, al cumplirse un siglo de la gesta.
“Los últimos días han sido frustrantes. Estábamos convencidos de que habíamos llegado a la meseta polar, ese era el motivo de que sacrificásemos tan gran número de perros, y ahora resulta que nos habíamos equivocado. Desde que dejamos el campamento de “La Carnicería” no hemos dejado de bajar y bajar y eso era un mal signo. Hoy hemos llegado a estar 800 metros por debajo de aquel lugar (…) esta mañana (…) nos hemos encontrado con que teníamos delante una cadena montañosa que nos bloqueaba el paso al sur. Al menos, en aquel momento, localizamos un glaciar por donde subirla. Aunque nunca pudimos ni imaginar lo que nos esperaba”.
Para poder superar ese obstáculo no previsto, se hacía necesario contar con crampones, que permitían caminar sobre el hielo con mayor agarre. Esa carencia, les “impide empujar los trineos con eficacia y, peor aún, aumenta el riesgo de un patinazo sobre el hielo de fatales consecuencias. Sí, fue otra equivocación. Pensando que ya no íbamos a necesitar los crampones nunca más, los dejamos en el campamento de “La Carnicería” y ahora nos vemos en esta situación ridícula”.
Ese día, Amundsen había “ido delante tratando de buscar la ruta más segura para perros y trineos. Al principio hemos salvado las fisuras del hielo con facilidad, pero poco a poco nos hemos ido internando en una maraña de grietas y hendiduras a cual más amenazante que se abrían por todas partes. Por si fueran pocos los peligros de caminar sobre este glaciar, lo tenemos que hacer sin nuestros crampones (…) Si todos estamos desesperados y enfadados con aquella decisión, se pueden imaginar cómo está Amundsen. Esta tarde le oí comentar amargamente: “perder el Polo por una estupidez como esta…”.
Finalmente, Amundsen y sus cuatro compañeros -un especialista en perros, un aduanero, un campeón en esquí y un arponero- pudieron alcanzar la meta deseada el 14 de diciembre. Así, se convirtieron en los primeros hombres en llegar al Polo Sur.