n esta época del año, todos estamos inmersos en el torbellino de preparativos, celebraciones y, a veces, un caos que parece dar vuelta nuestras vidas. La imagen de este auto volcado nos recuerda que, aunque el camino sea accidentado y nos sintamos completamente desorientados, es esencial no perder la perspectiva. Fin de año es ese momento en el que queremos cumplir con todas nuestras metas y arreglar lo que se nos ha ido de las manos, pero también debemos recordar que la vida es una montaña rusa.
Nos dejamos llevar por la presión y el estrés, como si tuviéramos que salir de una situación complicada con un giro espectacular. Pero, a veces lo mejor es parar, respirar y reírnos de la locura.
Recordemos que, incluso, en los momentos en que todo parece estar patas arriba, siempre hay espacio para el humor y la reflexión. Así que, empecemos a terminar el año con una sonrisa y un recordatorio de que la vida, aunque a veces se nos ponga de cabeza, siempre nos brinda nuevas oportunidades para enderezarla.