laro que los más jóvenes no alcanzaron a conocerlo, pero nuestro protagonista de hoy, nada más ni nada menos que el “milqui”, fue uno de los modelos icónicos del parque automotor nacional entre los 70 y los 80. Una publicidad de la época mostraba a dos mecánicos que esperaban ansiosos que alguno llegara a su taller para reparar, pero todos los que paraban lo hacían solo para preguntar por direcciones y otras cuestiones, pero no por fallas mecánicas, generando que entre ellos comentaran: no hay caso, este anda, anda y anda. Hoy lo podemos ver así, abandonado desde hace meses intentando incorporarse al paisaje despertando la curiosidad de vecinos y turistas que visitan la costa del Beagle. Más allá de la nostalgia que el modelo pueda despertar y asumiendo que su condición no es la de chatarra, bien vale que alguien se encargue de retirarlo de la costa para darle un “estacionamiento” más adecuado, ¿no?