a alarmante presencia de basura y chatarra en el bosque que rodea Ushuaia es un grito de auxilio del entorno natural que no podemos ignorar. Carrocerías de autos oxidadas, plásticos desgastados y restos de sanitarios de baños han convertido a los sectores boscosos que rodean la ciudad en un basurero a cielo abierto, desfigurando su belleza y destrozando el maravilloso sector de árboles que rodea a Ushuaia.
Cada resto de chatarra o basura es un testimonio de la indiferencia de una parte de la comunidad, que elige el camino fácil deshacerse de su basura en lugar de buscar alternativas responsables.
Este acto de vandalismo ambiental no solo destruye el bosque nativo, sino que también afecta al ecosistema que está a solo minutos de nuestras casas y la calidad de vida de todos los habitantes.
Es hora de abrir los ojos ante esta catastrófica realidad y entender que cada acción tiene consecuencias. La naturaleza no puede seguir pagando el precio de nuestra desidia, y es fundamental recuperar la conciencia y el compromiso con el entorno que usan niños pequeños, muchos de nosotros y turistas que desean caminar por los bosques en el fin del mundo.
