l Centurión del Atlántico tuvo su "día de suerte" el lunes pasado en el Puerto de Ushuaia; ¡qué milagro que no había otro buque amarrado delante de él!
Imaginemos la escena: un barco pesquero acercándose a gran velocidad, como si estuviera practicando para la carrera de la semana. Pero, claro, no había nadie más en el muelle que pudiera convertirse en su freno de mano.
La colisión fue más un "tocado" que un "choque", un accidente menor que terminó con un par de protecciones abolladas, gracias a la intervención de alguna mano divina.
Atentos: La Prefectura aún investiga en un llamativo silencio de radio, pero quién necesita detalles cuando la suerte, como una buena pesca, está del lado del Centurión.
¿La Prefectura autorizó hace algunos días la salida del buque a pesar de tener dañado uno de sus motores? Todos tuvimos suerte.