n pleno centro, al menos una decena de locales, relucientes en su abandono, desafían la lógica económica y se dan el gusto de estar cerrados y en un horrible estado de abandono.
Por ejemplo, la ex esquina que ilustra esta foto. O el local de San Martín y Rivadavia. ¿Y el local en L que supo ser un local gastronómico y después una sede partidaria?
¿Será que están tomados por los fantasmas de antiguos inquilinos y que sus almas deambulan en pena?
O quizás, ¿se trata de una compleja estrategia inmobiliaria que solo entenderán los economistas con doctorados en alquimia financiera?
El misterio persiste, mientras el viento austral susurra historias de oportunidades perdidas y alquileres inalcanzables que se pagan en billete verde norteamericano.
Un paisaje urbano surrealista, digno de una postal… postapocalíptica